La interrogación, como nos enseñó Sócrates, es el primer paso hacia la conocimiento. Pues vamos a ello. ¿Puede ser la gastronomía algo multidisciplinar o como mínimo interdisciplinar? ¿Se puede usar para algo más que para provocar deleite, emoción y satisfacer nuestro paladar? En la Cookiteca creen que sí. La Cookiteca es un taller de cocina, pero es algo más que un taller de cocina. Aunque los cursos y talleres de cocina sean su principal ocupación. El proyecto nació en 2010, fruto de la unión de una gran cocinera aficionada y una consultora de marketing y comunicación. Silvia Mirabet y Neus Canal compartieron sus conocimientos y experiencias para crear un centro en el que impartir talleres y cursos de cocina originales y diferentes. En la Cookiteca se pueden hacer muchos talleres distintos. Desde cursos exprés a mediodía día, por la noche, por la mañana o a primera hora de la tarde de media hora de duración, hasta cursos monográficos sobre algún alimento, preparación, cocina del mundo o cocina de temporada. Como era de esperar, en Cookiteca no se han podido escapar de la última moda en repostería y también imparten talleres de las cansinas cupcakes y el bendito fondant, pero con la salvedad de que Cookiteca ofrece cursos oficiales Wilton que otorgan la titulación oficial de dicha firma en distintos niveles de decoración de repostería. Hasta cursos con el maestro chocolatero y pastelero Joan Baixas. Pero cuando conocí el proyecto de Cookiteca, lo que me llamó más la atención y es en lo que me gustaría centrarme fue lo siguiente
Una de las cosas que más me interesa de la cocina y de la gastronomía es su aspecto de elemento socializador. En el comer y en el cocinar, lo que más me gusta es lo que se comparte. No hay nada más triste que cocinar para uno o ir a comer a un restaurante solo, cosa que procuro no hacer ni para este blog. A todos los restaurantes que han salido hasta la fecha he ido con alguien. El comer tiene para mi el carácter de experiencia, sin misticismos, pero experiencia al fin y al cabo, que merece ser compartida. Es mucho más placentera. Cocinar para los demás, por ejemplo mi familia o unos amigos, es de las cosas que más me gusta. Además la cocina de casa es americana, abierta, lo que aún facilita más esa relación entre el que cocina y el resto. La cocina, en definitiva, como espacio de relación social, una oportunidad más de interactuar con nuestros semejantes y de educar, quizás, a nuestros hijos. La importancia de inculcar buenos hábitos alimentarios a los niños, como padre que soy, también es algo que me preocupa y por ejemplo considero que, como hicieron conmigo, está más que bien que un niño se acostumbre a ir al mercado para aprender que el pescado no es un paquete congelado que se compra en el supermercado, amén de aprender a apreciar los productos de calidad y respetar a aquellos que los producen, lo que lleva implícita la posibilidad de que la cocina pueda tener un componente ético y de compromiso con nuestro entorno.
Estas son cosas que en Cookiteca tienen en cuenta y es lo que en mi opinión, que como siempre vale lo que vale, les hace distintos. Del mismo modo que todo lo que he comentado anteriormente, la cocina es un buen medio para construir o cohesionar equipos en un entorno distendido y creativo. El coaching y el team building, vamos. Por ello en Cookiteca proponen talleres de cocina que permiten a los asistentes participar en actividades que fomenten el trabajo en equipo, el compañerismo, la capacidad de liderazgo o de organización, la negociación, la creatividad y otros elementos claves para la empresa. En el siguiente video podéis ver como los integrantes de una empresa, acudieron a un taller de mermeladas en el que cocinaron ellos mismos las mermeladas que después se convertirían en el regalo de empresa para sus clientes.
Por otro lado, ofrecen un buen puñado de actividades familiares y especialmente pensadas para los niños. Cursos de cocina para críos en los que los niños aprenden todas las tareas de la cocina. A cocinar, pero también a fregar los cacharros o incluso colonias infantiles en las que durante una semana, todas las mañanas, los niños participan en varias actividades y aprenden a elaborar un menú, que empieza con la ineludible visita al mercado. O cursos pensados para que padres e hijos cocinen juntos y hasta actividades para escuelas, que van desde la formación para maestros hasta actividades extraescolares para niños. Incluso ofrecen la posibilidad de celebrar fiestas de aniversario en sus instalaciones en las que los niños serán los encargados de preparar todo lo que se van a comer durante la fiesta. Pero también hay talleres para grupos de amigos que quieran una cena distinta, ya que en lugar de ir a un restaurante o cenar en casa de uno de ellos, Cookiteca les ofrece la posibilidad de escoger un menú que prepararán entre todos y que, lógicamente, después se zamparán. Y si decía que es importante conocer qué es lo que comemos, su procedencia e intentar que nos tomen el pelo sólo lo justo y lo necesario, Cookiteca organiza cursos, también para los mayores, que empiezan con la visita al mercado y la compra de los ingredientes necesarios para la confección de una rica comida. En este sentido y en colaboración con la cadena de supermercados de productos ecológicos Veritas y en un local del que disponen dentro de uno de estos supermercados, ofrecen cursos para aprender a cocinar recetas muy simples.
Para rematar, disponen desde hace poco tiempo de una iniciativa innovadora, Cookiteca Lab, que consiste en ofrecer sus instalaciones para que blogueros gastronómicos que quieran compartir con sus seguidores y con otros blogueros sus inquietudes gastronómicas o aquellas recetas que nunca consiguen hacer al punto y otras dificultades que se encuentren en los fogones.
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