Siempre como una alma en pena. Cabizbajo y con la mirada gacha, cada vez que alguien me hacía la temida pregunta. ¿No te gusta el cilantro? Y yo pensando: si sólo fuera eso… Porque no es que no me guste. Es que lo odio, lo detesto, me ofende, me repugna. Si por mala suerte o … Sigue leyendo →