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Tinta de Calamar

Aquí zampabollos, en Venezuela arepacontodo

Arepa

 

Ni todo el monte es orégano ni todo el mundo come pan. En toda América Latina, surcada por la cultura del maíz desde los tiempos del Popol Vuhen el que Miguel Ángel Asturias se inspiró para su novela Hombres de Maíz, la costumbre no es acompañar las comidas con pan, sino con cualquier tipo de masa cocida hecha de maíz. Por ejemplo las arepas. 

Si se me permite, lo de las arepas tiene su miga. Sobre todo, por lo disputado de su nacionalidad. Hay una cruenta pugna, que roza lo bélico, entre Venezuela y Colombia por apropiarse de su patria potestad. Los venezolanos la reivindican encarnizadamente como suya y acusan a los caliches de robársela y los colombianos acusan a los venecos de exactamente lo mismo. Cualquier día de estos, la OEA interviene en el conflicto. Mis experiencias con las arepas son enteramente venezolanas mediante matrimonio católico, apostólico y romano, así que para mi son y serán siempre venezolanas. 

Así pues, la arepa es el pan de los venezolanos, presente desde el desayuno hasta la cena y muy incrustada en su cultura. Se hacen con harina de maíz precocida que se mezcla con agua y sal, hasta obtener una masa que se cocina, tratando de que no queden caretas (quemadas), en el budare (una plancha circular de hierro o arcilla) aunque también se pueden hacer en sartén y hasta existe la Tostiarepa, la versión venezolana de nuestra sandwichera eléctrica. 

Después se abren y se rellenan al gusto, pero también se pueden comer solas o untándolas con mantequilla o mejor con natilla (en Venezuela una suerte de crema de leche). ¡Yo por la natilla MA-TO! El relleno más popular es la reina pepiada y la más típica de todas las harinas que se usan para prepararlas es la harina PAN. El precio de la harina PAN y el precio de la gasolina constituyen la unidad básica que mide el bienestar del criollo. Cuando sube el precio de cualquiera de los dos, se puede formar la de Dios es Cristo. 

Si un venezolano quiere decir que alguien está realmente gordo, dice que es un arepacontodo (y suele añadir “el muy coñodemadre”).Y después está el bozal de arepa: las dávidas que el gobierno (“el muy coñodemadre”, dirán sus detractores), reparte entre sus acólitos, para cerrarles la boca y tenerlos contentos. Y si unos venezolanos quieren organizar algo para recaudar fondos, montarán una arepada o un arepazo.

Ya os podéis poner a temblar si un venezolano os invita a unas “arepitas y unas polarcitas”, pues eso quiere decir que arrasará con una plantación de maíz y sacará una caja de cerveza Polar, pero por cabeza.

Y en fin, las hay rebozadas, fritas, de maíz pelao… La arepa, todo un universo, demuestra que a menudo lo más simple es lo que triunfa. Por cierto, Venezuela es un país maravilloso con gente maravillosa que os invito a visitar. Un lugar tan fatástico que por eso Dios, para compensar, les mandó a Hugo Rafael Chávez Frías. 

 

Este post lo publiqué el pasado 28 de septiembre de 2012 en el blog gasto de la cadena SER, Tinta de Calamar. Aquí lo publico con un título un poco distinto y pequeñas diferencias en la edición del texto.

Comentarios

2 comentarios en “Aquí zampabollos, en Venezuela arepacontodo

  1. Que recuerdos tan entrañables de mis años vivividos en Venezuela.
    Mi preferida la de Carne mechada o cochino, también la de caraotas, que me comía en el tropezón de la Avenida Presidente Medina de Caracas

    Publicado por Jesús Pellejero | 6 octubre 2012, 14:46
    • Jesús, me alegra que mi berve oda a la arepa haya tenido como mínimo la virtud de evocar tus recuerdos venezolanos. Gracias por tu comentario

      Publicado por Albert | 6 octubre 2012, 18:32

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