Voy a por tabaco, pero ya vuelvo

Pongan música de violines y lean, por favor

Pues eso. Que esto se terminó. Homo Gastronomicus limpia la cocina, recoge las mesas, barre el suelo, apaga las luces, echa el cierre y su dueño se va a por tabaco, que se le ha terminado y necesita más. Hasta aquí ha llegado esta aventura en solitario. Este va a ser el último post que se publique en Homo Gastronomicus y sí, es un post de despedida.

Han sido unos años maravillosos, que han permitido al que escribe conocer a gente estupenda y, claro, a gente menos estupenda. Al hacer caja, cuento más amigos que enemigos haya podido ganar y eso es toda una satisfacción. A todos gracias, porque de todos he aprendido. Han sido pocos posts, pues, seguramente, ciento setenta tampoco es una cifra exagerada, pero no me negarán que algunos eran bien largos, ¿eh? Les pido perdón por eso. No puedo decir que haya disfrutado escribiendo todos y cada uno de ellos, pero la verdad es que en los dos últimos años he disfrutado como un enano y sobre todo, por encima de todas las cosas, más allá de haber podido entrevistar a Ferran Adrià, Alice Feiring y a Eudald Carbonell, entre otros, y haber podido hablar con cocineros de toda condición, pelaje y talento, he aprendido muchas cosas: he tenido que leer mucho, escuchar con atención, reflexionar a fondo, contradecirme, pensar, sufrir, enfadarme, alegrarme y todo esto ha sido una gran lección vital. No es que no me arrepienta de nada, porque no es verdad, pero dejo Homo Gastronomicus con la conciencia tranquila de haber escrito todo lo que he escrito, poco o mucho, con el corazón y con honestidad. Si no lo he hecho mejor es sencillamente porque no he sabido hacerlo.

Dejo el blog porque, personalmente, es un formato que ya no me ofrece todo lo que necesito. Últimamente, todos los temas sobre los que quería escribir, pensar y reflexionar no podía dejar de imaginarlos llevados hasta sus lectores de otra manera. Es un problema de forma sí, pero también de que no quiero estar pendiente de que si hace quince días que no escribo nada y de qué que van a pensar estos señores de mi. Deben estar ustedes pensando:»pero este, ¿quién coño se ha creído qué es?» Pues nadie, ya lo sé, pero es que nunca he pretendido ser alguien. Me pueden creer o no, pero es la verdad.

En el fondo, esto de escribir un blog ha tenido un punto de narcicismo bastante obvio. Lo escribía básicamente para mi. Lo confieso. Tampoco es que sea el más horrendo de los crímenes, pero he mantenido Homo Gastronomicus sólo para pasármelo en grande con algo que me apasiona como es la Gastronomía. Y este vez lo escribo con mayúsculas. Yo no he querido hacer nunca un blog de recetas. Tampoco he querido ser el típico blogger terror de cocineros y restaurantes, ni tampoco el amigo de nadie, al que invitan y pagan por escribir bien de éste o aquel otro local. Demasiados los hay de los unos y de los otros en todos sitios. No me gusta la crítica de restaurantes, básicamente porque es algo que no se me da bien y me va grande. Ni mucho menos estar al servicio de ninguna marca. No tengo problemas con nadie que se ajuste a alguna de las tipologías anteriores, pero no gracias. Yo he querido escribir de Gastronomía y de Cultura gastronómica, por muy pretencioso que suene. Y sobre todo, divertirme e intentar que los que me leían, que cada vez eran más, se divirtieran leyéndome. A lectores y seguidores, muchas gracias.

Así que, ya con la persiana bajada, el candado puesto y las llaves en el bolsillo, me voy a por tabaco… pero ya vuelvo. Tampoco voy muy lejos. Justo a la vuelta de la esquina. Y si en un bolsillo guardo las llaves de Homo Gastronomicus para tirarlas al mar a la primera oportunidad, en el otro llevo una llaves nuevas y relucientes que abren una puerta nueva.

Y ahora quiten los violines, pongan Rock and Roll y sigan leyendo, por favor

Ya ven, tanta despedida y agradecimiento, tanta falsa modestia y cuento chino para decir que me voy, que me aburro, que lo dejo, para al final decir que no, que sólo estoy de mudanza.  Homo Gastronomicus, el blog, se transforma en ZOUK MAGAZINE, la revista.

ZOUK va a ser una revista trimestral, digital, en español (y una más que posible edición en inglés) que además aspira a ser una plataforma para la difusión de todas las manifestaciones creativas en el ámbito de la gastronomía, para que los creadores puedan ver publicado su trabajo y hasta venderlo. Habrá un poco de lo que había en Homo Gastronomicus, pero muchas otras cosas que ni el formato blog permitían ni tampoco las limitadas capacidades del que lo escribía. En ZOUK habrá restaurantes y cocineros, pero también cómic, infografía, relatos de ficción, artículos de opinión, reportajes, vídeos, ilustración…

Somos una revista algo más que mileurista, ya que todos los que la hacemos, de momento, la hacemos por la cara, porque nos apetece y porque queremos. Pretendemos financiarnos con publicidad, así que si alguien tiene un primo con posibles que no dude en presentárnoslo. No pretendemos hacernos ricos, sólo cubrir los gastos y tener un poco de beneficio para ir invirtiendo en mejorar nuestros contenidos.

Es un proyecto ambicioso del que espero sean cómplices como lo han sido muchos de ustedes durante este tiempo de Homo Gastronomicus. Un proyecto de esta envergadura era imposible hacerlo en solitario, sin morir, literalmente, en el intento, así que he conseguido “engañar” a gente como Jorge Guitián, Anna Mayer, Joan Barqué, Miquel Bonet, Rubén Galdón, Jose Cabello, Carlotta Saciola, Jordi Cases, Oscar Soneira, Alan Jürgens,  Gustavo Arens, Mónica Novas, Sara Zamora, Sergi Lozano, Carlos G. Cano (The Boss),  David Valdivia, Jordi Luque Sanz y mi inseparable fotógrafo de cabecera, mi Passepartout y socio, Albert Santamaria.

Entre todos hemos hecho un número cero que ya pueden leer y también entre todos haremos el primer número que esperamos tener listo a principios de abril.

Toda la información la pueden encontrar en nuestra página web, nuestra cuenta de Twitter y en nuestra página de Facebook.

¿Y qué pasa con los premios Homo Gastronomicus 2014? Pues siguen en marcha, pero no de la misma manera. La verdad es que han tenido poca respuesta, así que se mantienen sólo los premios al mejor bloguero gastronómico, el de mejor periodista gastronómico y el de mejor blog de restaurantes y locales. El resto de categorías quedan anuladas. Gracias a todos los que se han presentado y siento que esto termine así, pero la burra, en este caso el burro, no da para más. Los ganadores se darán a conocer en la web de Zouk Magazine, que convocará, en caso de celebrarse, la edición de 2015.

Y poca cosa más. Una vez más, gracias y mil veces gracias por todo. Bien está lo que bien acaba y mejor aún lo que bien empieza  ¡Nos vemos en Zouk!

                                                   Albert Molins Renter