Dentro de la cocina popular española y seguramente después de la paella, en todas sus versiones, no hay plato más conocido y exportado que la tortilla de patatas. Sobre sus orígenes se sigue debatiendo hoy en día, pero la leyenda dice que fue el general Tomás de Zumalacárregui quien, durante el asedio de Bilbao, inventó la tortilla de patatas como plato sencillo, rápido y nutritivo con el cual saciar las penurias del ejército carlista. Aunque se desconoce si es cierto, parece que la tortilla empezó a difundirse durante las primeras guerras carlistas. Otra versión de la leyenda afirma que lo inventó una anónima ama de casa navarra, en cuya casa paró el mencionado Zumalacárregui. La señora, que era pobre y lo único que tenía eran huevos, cebolla y patatas, acabó haciendo un revuelto con todo eso, que gustó mucho al general, que después lo popularizaría. En todo caso parece, pues, que el norte español sería el orígen geográfico, aunque hay quien lo sitúa en Extremadura, y el siglo XIX el temporal. Tortilla de patatas encontramos de todas las maneras, más allá de la clásica dicotomía de con o sin cebolla: más cocidas, menos cocidas y babosas, más delgadas o gruesas como ladrillos. Incluso recientemente, han aparecido las tortillas precocinadas, bastante incomibles según mi opinión, e incluso una congelada que se acaba de cocinar en casa, que según parece está muy buena.
Marc Singla estuvo desaparecido durante un tiempo, pero no hace mucho ha vuelto a los fogones. Concretamente en el restaurante La Mar Salada, de la Barceloneta. Dentro del desierto en que se ha convertido el barrio marinero y su oferta gastronómica, el restaurante de Singla es un pequeño oasis. Aunque no se ha atrevido a incluir en su carta ni la tortilla de patatas deconstruida ni muchos de los platos de la época del Talaia y que él contribuyó a crear, parece que lo hará en un futuro a causa del clamor general a favor de qué lo haga. Yo no he ído, pero todo el mundo habla maravillas de la nueva aventura de Marc Singla, y tiene un menú de mediodía, ajustadísimo de precio (15 euros), que parece que es un auténtico deleite y de hecho ha ganado diversos premios como mejor menú de Barcelona.
Me gustaria probarla.
Que maravilla de hombre y de plato 😉